XXX Carrera Internacional de la Ciencia (Crónica)

La carrera estuvo marcada por acontecimientos bastante curiosos, el primero fue que la alineación elipera sufrió muchas fluctuaciones, que hicieron mantener el suspense sobre quien iría o no a la carrera, a saber.., en un principio solo me presentaba yo, faltando aproximadamente 5 o 6 días Alicia se presentaba con su dorsal en mi casa, dos días antes me entero que Carlos y Mónica se presentarán pero Óscar (el farmacéutico) no lo hará, pero la noche antes de la carrera cambia de nuevo la alineación, Óscar (el farmacéutico) y un colega suyo pasan a la titularidad, mientras Carlos y Mónica se van de fiesta, a todo esto tenemos que sumarle que el runner Jaime se estaba pensando muy seriamente el acompañarnos, aunque al final opto por un entrenamiento de varias horas en el parque del retiro.

También quedó marcada al usar toda su “ciencia” al entregarnos unos dorsales de última tecnología (de los cuales ya hablaré profundamente en futuras entradas).

La mañana fue muy fría, pero eso no amedrentó a la multitud que se dirigió a la central del CSIC, que estaba dispuesta a darlo todo.

Gran cantidad de “voluntarios” se agolpaban tras los mostradores entregando los correspondientes chips a todos los corredores que por allí nos acercábamos, las pasamos canutas buscando una cafetería, pero como los runners de la elipa ya cuentan con cierta experiencia en estos lances, decidí dirigirme a la cafetería que encontramos el año anterior en la cual ofrecen café de diseño al más puro estilo “Yorch Cluni, ofreciéndote un NESPRESSO”.

La salida fue apoteósica ya que, retiramos una valla y nos estrujamos contra el personal, encontramos algo de retención en la salida pero a partir del Kilómetro 2 empezaron a verse claros que permitían correr a gusto.

Al llegar al Km. 5, en lugar de agua desalada, nos ofrecieron una bebida isotónica en vaso de medio litro, era prácticamente imposible beber en dichos vasos mientras corría por lo que decidí pararme y tragar el líquido con total tranquilidad.

La llegada fue un poco extraña ya que cuando entramos encontramos un par de juegos de alfombra para los chips, unos metros más adelante otro par de alfombras y unos pocos metros más el arco con el cronómetro (un poco raro, pero estoy seguro que tendrá algún sentido para alguien).

También me pareció curioso que al retirar las bebidas que se encontraban depositadas dentro de unos cubos, algunos corredores llenaran la mochila a dos manos, como si estuvieran llenando el carro del supermercado del barrio en plena oferta de botes de Coca-Cola (me pareció un poco cutre, pero bueno cada uno es cada uno).

Llegué en menos de 50 minutos, pero lo mejor de la carrera fue que Alicia consiguió su mejor marca personal en una carrera de 10 Km., por lo que la felicito desde este pequeño espacio en Internet.

Óscar J.