¿Por qué...? No podemos beber agua del mar

¿Por qué...? No podemos beber agua del mar

Claro ejemplo del mítico suplicio de Tántalo, la trágica paradoja y universal de estar en alta mar rodeado de una extensión inabarcable de agua y tener que morir de sed a causa de un naufragio, la cual ha sido experimentada a lo largo de la historia en innumerables ocasiones. En una situación así nos costaría vencer el impulso de beber agua, aunque pensemos que beber un poco no podría hacernos mal, no podríamos estar más equivocados. La razón de que no podamos beber agua de mar para calmar nuestra sed radica en la propia constitución de nuestro organismo: el agua de mar tiene aproximadamente un 3% de sal, mientras que nuestros riñones no pueden producir orina con una concentración de sales superior a un 2%, por lo que se verán obligados a retirar agua de nuestro cuerpo para diluir el contenido extra de sal y ello nos hará sentir más sedientos. Es decir, al beber agua de mar, no incrementamos la cantidad de agua en nuestro cuerpo, sino que la reducimos: por cada litro que bebiéramos, nuestros riñones necesitarían al menos un litro y medio de agua pura para diluir toda la sal. Tendríamos que expulsar por la orina más líquido del ingerido, y para ello lo extraeríamos de nuestros propios tejidos con la consecuente deshidratación.